Hábitat (conclusión)

Lea primero las partes uno y dos, si es tan amable

¿Qué propósito tiene la crítica? ¿Quien la escribe? ¿Quien la lee y para que? Finalmente, ¿que aprendemos de ella?

Una vuelta de tuerca: ¿que propósito tiene el teatro? ¿Quien lo hace? ¿Quien lo mira y para que? ¿Qué aprendemos del hecho?

¿Es posible otorgar a ambas ideas una sola respuesta?

Tercera parte: La restauración.

Hagamos el intento:

Digamos que ha leído usted las dos partes anteriores. (Que vio la obra.)
Digamos que me conoce o que no, pero sabe de mi trabajo anterior (o no), pero que partir de un inicio lleno de esperanza se encuentra usted en la continuación con una crítica dura y con pocas cosas buenas que decir. (Como la obra)
Digamos que este ejercicio le parece injusto y desea poner un comentario (lo cual puede hacer y se lo agradeceré mucho) porque no le pareció que me expresara así de algo que usted considera fue mejor que la suma de sus partes; que a pesar de que estoy en mi derecho de expresar mi opinión, hacerlo de esta manera es poco propositivo.
Digamos que su intención al comentar no es atacarme, sino defender lo que usted cree correcto.
Digamos que en su comentario menciona lo diferente de la puesta, el uso de elementos multimedia que son mil veces mejores que lo que ha visto en otras obras cajemenses donde se hace lo mismo, pero más barato; que se necesita valor para presentar un producto como este; que no se había visto un esfuerzo de esta magnitud en varios años; que el vestuario, con una excepción, estaba muy bien pensado; que más de una vez algo sucedido en la escena le hizo reflexionar.
Yo estaría de acuerdo con usted en todo.
Ergo, este ejercicio es exactamente lo que usted considera necesario y responsable.
Veo potencial en el grupo y en Hábitat y, confiando en la mutabilidad del teatro, creo que en el futuro, limando las asperezas que seguramente el grupo ha identificado por su propia cuenta, la obra será una mejor experiencia, tanto para ellos como para el público.
Quiero creer que vivimos en un lugar que tiene remedio; Que nuestro hábitat es propicio para la vida, para el teatro. Quiero creer que hemos avanzado lo suficiente como para empezar a deshacernos de estos vicios de voluntad y de actitudes sectarias, egocéntricas y mesiánicas.
Es cosa de querer.
En lo particular, volveré a ver la obra y todo lo que produzca Independiente.3 , no para ver si alguna de mis observaciones fue también algo que el grupo decidió cambiar, sino porque entiendo que el teatro, como fenómeno vivo, jamás será igual de una función a otra.

Por sobré todo, espero ver la copa, aunque un vaso de plástico rojo también es bueno, lo que verdaderamente importa es su contenido.

Gracias por su atención.

Rafael Martínez.
Junio 2013